miércoles, 3 de septiembre de 2008





“No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió”


(Joaquín Sabina)



Realmente no sé lo que paso, nos estamos haciendo mayores, no somos los mismos, y cuando me pongo a recordar todas esas tardes de verano buscando una sombra entre cardo y encina, cuando nuestros mayores nos prohibían salir a la calle porque ya se sabe que en los pueblos de esta tierra mía salir cuando el sol calienta es cosa de vagos y maleantes, pero a nosotros eso nos daba lo mismo éramos niños queríamos jugar y estar juntos queríamos construir casetas, quemar timbres y soñar con el día 15 de agosto, cuando por fin la rutina del verano terminaba, nos pasábamos el verano entero hablando de peñas, de disfraces, de campeonatos de frontis, de yincanas y de premios inalcanzables para nosotros por esos entonces. Nos fuimos haciendo mayores, tuvimos peña y todo fue tener peña y las primeras gotas de alcohol empezaron a llover en nuestras vidas, luego llegaron las tormentas de J.B, Martini, 43… y con ellas las primeras borracheras juntos que nos unían cada vez más nos preocupamos unos por otros nos lleváramos mal o bien algo nos unía, un algo que nunca sabré lo que es después de las tormentas llegaron los primeros cigarrillos, el encontrar en el cajón de tu abuela una caja de cigarrillos de recuerdo de una boda era para nosotros tener un golpe de suerte, aunque después no nos durara nada, porque eso si nosotros compartíamos fumar solo no tenia gracia entonces llego la hora del ducados rubio barato, de las tardes caminando durante horas para comprar un paquete de tabaco en fin… (Creo que nos terminamos enganchando) y por esos entonces fue cuando nos gustaba quemar polen, esto lo dejare en el aire pero creo que todo sabéis a que me refiero (como olvidarlo…)


En fin sueños que nunca se cumplieron, películas que nunca se llegaron a rodar, otras que si lo hicieron, entre fiestas y venganzas, inventábamos que hacer en las tardes de invierno, como calentarnos, donde refugiarnos, cuantas casetas construidas, cuantos sueños de infancia que se quedaron en el olvido, y yo sigo aquí añorando lo que nunca jamás sucedió como imaginería castellana por las angostas calles de mi pueblo.


Noches de niebla entre vino con gaseosa, chocolate a las 5 de la mañana, o espaguetis a las 3 son ahora recuerdo, ya no somos los mismos.

1 comentario:

M@r@ dijo...

Ivannnnnnn que bonito...:D

Espero que tengas siempre ese pueblo y esos amigos para siempre eee....

Bss wapo..:D